El segundo trimestre del 2020 se caracterizó por reflejar los peores costos de la pandemia, en particular, la situación vivenciada por el sector prestador de salud no estatal cordobés dio un paso más al colapso.
Los esfuerzos por mantener al dólar estable y el congelamiento de las tarifas de los servicios públicos, colaboraron con la contención de los niveles de dos de los componentes del Índice de Costos: Inversión en Tecnología e Infraestructura y Servicios Públicos. Éstos aumentaron en relación al trimestre anterior un 4% y un 1,2% respectivamente. Para el análisis del componente Materiales e Insumos se incluyó tanto la canasta original como la canasta COVID19. En el primer caso, los Materiales e Insumos subieron un 15%, mientras que con la incorporación de los insumos relacionados al coronavirus, el incremento fue del 37%. El componente con mayor peso relativo del Índice de Costos, las Erogaciones Laborales, cayó un 37% debido a las insuficientes recomposiciones salariales y la reducción del costo por trabajador gracias al programa de Asistencia al Trabajo y a la Producción (ATP).
El importante descenso de los Costos Laborales propició una caída del Índice de Costos del 13% sin considerar los insumos COVID-19. Si estos últimos se integran al análisis, la caída resulta del 4,7%. No obstante, el Índice de Ingresos permanece rezagado y superado por Índice de Costos, resultando en el escenario más realista donde se incluye la canasta COVID-19, una brecha del 34%.
De no ser por la reducción en los costos laborales que propició el programa ATP, el aumento del Índice de Costos con respecto al primer trimestre 2020 hubiera sido del 10,8% considerando la canasta COVID-19, y la brecha con el Índice de Ingresos se hubiera acrecentado a un 56%.
Conclusión
Antes de la irrupción de la pandemia, el sector de salud en Córdoba se encontraba sumergido en una crisis prolongada cuyo origen se encontraba en factores estructurales de larga duración. La desarticulación de precios sumada a las constantes devaluaciones y elevados niveles de inflación han perjudicado a los ingresos percibidos por el sector, los cuales han quedado rezagados en comparación con los aumentos en el nivel general de precios, mientras los costos afrontados por el sector han aumentado por encima de la inflación. Sin embargo, la irrupción de la pandemia modificó el comportamiento del Índice de Costos.
Una recomposición salarial insuficiente y la importante reducción del costo por trabajador soportado por el sector de salud privado gracias al programa ATP, llevaron a que el componente con mayor peso relativo del Índice de Costos cayera un 37,5%; descenso que no fue compensado por la suba de precios de los insumos COVID-19. Así, el nivel del Índice de Costos se redujo un 13%, superando a la evolución del Índice de Ingresos un 34%.
Finalmente, el sector prestador de salud no estatal, no está exento de la merma de ingresos ocasionada por la reducción de la actividad producto del aislamiento social preventivo y obligatorio que se evidenció en el segundo trimestre del año. Por lo que un aumento de los precios de los costos, sumado al incremento de las cantidades de insumos y personal requeridas para hacer frente a la pandemia, frente a una rezago del valor de los ingresos y una caída de la actividad, agudizan aún más la situación del sector sanitario de gestión privada cordobés.
María Laura Caullo & Azul Chincarini